Tal y como se esperaba, el Madrid empezó el partido igual que lo acabó, atacando en tromba la defesa culé, tantas eran las llegadas merengues que antes de cumplirse el cuarto de hora, Özil ponía el 1-0 tras una brillante jugada de un rejuvenecido Benzemá, quien en mi opinión fue la más agradable de las sorpresas que nos dejo el match.
Luego de esto, el Barça seguía sin encontrarse cómodo sobre el césped, el Madrid apretaba mucho su salida del balón y la zaga blaugrana comenzaba a sentirse insegura, perdiendo varias posesiones en zonas arriesgadas.
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Villa marcó el mejor gol del partido con una parábola preciosa |
¿Injusto? Puede ser, el Madrid se notaba mucho mejor físicamente, pero la pelota no quería entrar, además la buena actuación de Valdés tampoco ayudaba.
La segunda mitad resultó ser un monólogo madridista, que aprovechando la velocidad de los Özil, Benzema y Ronaldo ponían en serios aprietos al Barça, que acabaría cediendo el empate en una jugada en la que Pepe aguantó el balón dentro del área en un claro alarde de superioridad física y cedió a Xabi Alonso en la frontal, quien sin pensarlo dos veces la puso dentro con un disparo raso.
A partir de ahí, cambios, faltas, tarjetas, posibles penaltis, pero nada más en cuanto al juego se refería, un juego que siguió dominando el Madrid aunque sin acierto alguno.Habrá que esperar a la vuelta para conocer al campeón.
Nota: Este partido resultó ser bastante más bonito que el pack de 4 clásicos del año pasado.